Kelvin es la unidad base de temperatura termodinámica del Sistema Mundial de Unidades, igual en intensidad al nivel Celsius. Los grados Kelvin se aplican en iluminación para medir la temperatura de color de una bombilla. En resumen, cuanto más alta sea la categorización de Kelvin, más blanca va a ser la luz.
De hecho, la categorización Kelvin se expresa en K.
¿Cómo elegir los grados Kelvin correctos?
En el caso de un hotel, las bombillas hasta la aparición de la tecnología LED se solía hallar en colores de temperatura, en la escala Kelvin, de 2700K (incandescente cálido), 3000K (halógena blanca cálida) y 3500K (fluorescente doméstico).
La temperatura del color perjudica a cómo percibimos el ambiente y a cómo nos sentimos al respecto. Ejemplificando, las temperaturas de color mejores a 3500K se aplican comúnmente en los nosocomios, debido a que, aunque son más frías, nos ayudan a notar mejor los colores. Sin embargo, para un hogar la temperatura de color perfecta es cerca de 2700K por su calidez. Es por esa razón que requerimos escoger el alumbrado idónea para lograr el ambiente que deseamos transmitir.